El máximo goleador de la historia de la selección Argentina ha sido víctima del abuso de medicamentos
El Ciudadano / El Nacional Web
Tras el fuerte dolor en sus rodillas, Batistuta ha llegado a pensar que lo mejor es amputar. Los ligamentos no le daban más. Logró marcarle al Barcelona y a la Juve mientras su doctor lo infiltraba para que el dolor se fuera.
Bati, con 47 años, ya no puede más. El dolor en las rodillas es tan intenso que quiere que le corten las piernas. Ya vio a Pistorius, y sabe que hay vida después de una amputación.
Un día se cansó y decidió retirarse a jugar polo. Recordó el desprecio de Passarela cuando era entrenador de River y dijo que ese joven de 20 años no daba la talla.
Tres fisioterapeutas velan por Bati y esperan que algún día vuelva a practicar el Polo, el deporte a caballo al que se dedicó cuando abandonó el fútbol.
Sin rodillas y con un dolor que le carcome las piernas, Batistuta aún cree que estas noches en vela terminaran. Si los médicos no lo logran, él quiere volver a dormir en paz, de suerte que hará lo que sea para poder respirar sin llorar.
Lo que indica que se si tiene que cambiar las piernas goleadoras por unas de titanio, lo hará.
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